Caminando por la delgada línea donde la tierra se encuentra con el mar, siempre he sentido una conexión especial con las playas del mundo. Hay algo en el susurro del océano, en el vaivén de las olas y en el calor del sol acariciando mi piel que me invita a reflexionar profundamente sobre nuestra relación con la naturaleza. Cuando intentamos planificar nuestro viaje de vacaciones en la playa a Singapur, un país-isla que combina de manera sublime el bullicio urbano con oasis naturales, es primordial considerar tanto nuestra huella ecológica como el deseo de maravillarnos con sus paisajes.
Elegir Singapur como mi próximo destino surgió de mi deseo de explorar cómo este vibrante núcleo cultural ha logrado equilibrar el desarrollo moderno con la naturaleza. Planear esta travesía fue un ejercicio de respeto por el entorno, buscando siempre aprovechar las ofertas de vuelos económicos que sitios como vuelosrapido.com ofrecen, permitiéndome volar de manera más consciente desde Buenos Aires con aerolíneas como Qatar Airways o Singapore Airlines, conocidas por sus políticas de sostenibilidad.
Singapur, aunque pequeño en tamaño, ofrece una amplísima variedad de experiencias de playa que satisfacen a cualquier viajero consciente. Al planear dónde hospedarme, me incliné por alojamientos que enfatizan prácticas sostenibles. Uno de estos lugares es Siloso Beach Resort, en Sentosa, un ejemplo de arquitectura verde; aquí tuve el privilegio de presenciar su demostración de cómo el turismo y la sostenibilidad pueden coexistir, con hermosas vistas al mar y una piscina de agua de manantial que serpentea por el complejo.
La conexión con la comunidad local es fundamental para mí, así que planeé visitas a cruces de caminos menos transitados donde las voces de los habitantes locales cuentan historias de conservación y tradición. En Pulau Ubin, una pequeña isla cercana a Singapur, me uní a un recorrido en bicicleta guiado por un lugareño que compartió su conocimiento sobre las plantas endémicas mientras escudriñábamos el delicado manglar.
Los momentos de quietud son esenciales para absorber la esencia de un lugar, así que cada amanecer lo dedico a mi práctica de yoga en la playa, sintiendo el aire salado infundir vida a cada inhalación y exhalación. Estos instantes me ofrecen una oportunidad invaluable para reflejar cómo los viajes pueden unirse a nuestra misión de cuidar nuestro hogar compartido, la Tierra.
Al finalizar mi viaje, regreso con una mente clara y un corazón agradecido. Comprendo que el verdadero lujo de viajar reside en la capacidad de apreciar y proteger los milagros naturales que nos rodean, anteponiendo siempre el respeto por las culturas y los hábitats locales. Los viajes no solo expanden nuestros horizontes, sino que nos comprometen a ser guardianes de los tesoros que descubrimos. Desde la serenidad de Singapur, os aliento a embarcaros también en una experiencia de conciencia y sostenibilidad, recordando siempre la belleza en la simplicidad y la inmensidad que yace en nuestro hermoso planeta.

Sofía Duarte
Viajera Consciente
Ecologista y fotógrafa argentina de 40 años especializada en turismo sostenible. Documenta iniciativas ecológicas en todo el mundo y promueve formas de viajar con bajo impacto ambiental. Practica yoga diariamente durante sus viajes.